Andrea San Gil se ha posicionado como una de las mujeres más relevantes en el tema de movilidad con perspectiva de género y transporte popular en el América Latina. Es fundadora del Centro para la Sostenibilidad Urbana (CPSU) y de Expobici, además co-fundadora de Agile City Partners y la Red Global para el Transporte Popular.
¿Cómo el factor de género está vinculado directamente con la movilidad?
Las experiencias y vivencias de las personas en las ciudades son muy distintas, por ejemplo no es lo mismo vivir cerca del centro a vivir lejos o ser una persona con discapacidad, adulto mayor, adolescente o una persona trans. Las mujeres son las mayores usuarias del transporte público y los patrones de movilidad son particulares, además son las que más sufren acoso callejero y esto puede modificar la forma en la que se movilizan.
¿Para quiénes están pensadas las ciudades?
Las ciudades históricamente han sido diseñadas para los hombres, ya que ellos eran los que viajaban hacia el trabajo fuera de casa y por lo tanto no se tomó en cuenta las necesidades de movilidad de las mujeres u otras personas, quienes son las que usualmente tienen las responsabilidades de cuido. Por lo que la movilidad en la ciudades se ha centrado en desplazar a las personas a sitios de trabajo y no a otros lugares como hospitales, sitios de compras, centros educativos, entre otros. Asimismo, los sistemas de transporte funcionan en horario laboral (8am-5pm), esto genera que las personas que tienen otras necesidades de movilización en otros horarios no tengan las condiciones para desplazarse con transporte público.
¿Qué son las ciudades feministas?
El concepto de feminismo es buscar la igualdad y equidad en acceso a oportunidades, servicios y en las condiciones de vida para todas las identidades de género. La ciudad debe equiparar las experiencias de todas las personas que viven, visitan, recrean y tienen contacto con la ciudad, por lo que entender las necesidades y vivencias es fundamental en el diseño, los servicios y el espacio para que sean inclusivos y accesibles. Las ciudades feministas buscan que las necesidades de todas las personas estén cubiertas y tengan condiciones de vida que protejan a todos los grupos sociales.
¿Cómo podemos lograr que las personas se involucren en las dinámicas de movilidad en su comunidad?
En primer lugar, realizar un mapeo de las personas con las que se quiere trabajar y conocer dónde están, quiénes son, qué hacen, a dónde van. En este punto los datos son esenciales para poder planificar de manera informada y proponer soluciones que se adapten a las verdaderas necesidades de las personas.
Se debe conocer cuáles medios de comunicación consumen diferentes sectores de la población para convocar a procesos participativos, cómo llegarán las personas a dichos espacios, también si son responsables del cuido de infantes, así reconocer si tienen algún impedimento para asistir y en la manera de lo posible, proveerles mayores facilidades. Además, es fundamental reunirse con asociaciones de desarrollo, fundaciones, colectivos, asociaciones de mujeres y demás actores sociales dentro de la comunidad para tejer redes de acción, convocatoria e involucramiento en las dinámicas de movilidad. Este es el inicio para diseñar infraestructura en las comunidades enfocada en las personas.
¿Cuáles son algunas de las principales problemáticas y retos que enfrenta Costa Rica en el tema movilidad?
1. Los proyectos habitacionales cada vez están más lejos de los puntos de transporte público. El acceso a la vivienda cerca de las fuentes de trabajo es muy poca para el sector de la población de escasos recursos, ya que el costo del suelo en las ciudades es más caro y quienes no pueden pagarlo deben de vivir lejos y esto implica menos eficiencia en el traslado, más tiempo y mayores gastos económicos, así como mayor huella de carbono. Se debe optar por desarrollos de vivienda y trabajo cerca de los centros urbanos y enfocados en la movilidad, es decir tomar en cuenta cómo esas personas van a llegar a los servicios básicos.
2. El sistema de transporte público existente está completamente desconectado, ya que se ha planteado conforme a los operadores concesionado de autobuses y no existe una estación central u otro que les integra, lo que lo hace muy ineficiente. Además, las propuestas de integración del transporte público se quedan solamente en la GAM y deja de lado otros tipos de movilización e infraestructura necesaria como parqueos de bicicletas seguros o buenas condiciones en vías peatonales (intermodalidad).
3. Hay poco acceso a la información en cuanto al transporte público, por la misma razón del punto anterior. Esto genera mucha incertidumbre en las personas para poder planificar su viaje, ya que sin información es muy difícil tomar decisiones, por lo que se resisten a utilizarlo. Es necesario el acceso a la información y esta sea inclusiva e integral.
4. El mayor porcentaje de inversión al sector transporte va a construir calles y puentes, es muy poco la que va hacia el transporte público o la movilidad activa. No existen subsidios al transporte público y al estar en manos de privados, cualquier mejora que les exijan van a recargarlo en las tarifas de las personas usuarias. Un subsidio evitaría el aumento de las tarifas del transporte público y le exigiría a los concesionarios cumplir ciertos estándares para seguir operando, el resultado sería un transporte de alta calidad y bajo costo para las personas (cómo debe ser).
Compilación por Yazmín Morera G.
Ilustraciones por Carolina Marcenaro
Fotografías por Iva Alvarado
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